La concentración alta o la persistencia del medicamento en el plasma aumentan su
paso hacia la leche. Si la concentración es baja, es posible se produzca "difusión
retrógrada" a partir de la glándula mamaria, lo que disminuye de manera considerable,
la concentración de fármacos en la leche. Por esta razón, en tales circunstancias, es
aconsejable prolongar el intervalo entre los amamantamientos.
La facilidad con que los medicamentos atraviesan las membranas biológicas depende
de su peso molecular (pasan casi todos cuyo peso está entre 250 y 500), de su
solubilidad en lípidos y de su estado de ionización; atraviesan en forma liposoluble y se
alcanza el equilibrio cuando la cantidad del fármaco no ionizado es idéntica en ambos lados de la membrana. La ionización de ácidos y bases orgánicas dependen del pH del
medio y de la constante de disociación del fármaco (pka). Los fármacos no liposolubles
y que no se fijan a las proteínas plasmáticas se difunden de manera pasiva en la leche,
favorecidos por el gradiente de concentración.